DE TODO UN POCO

Habiendo muchas cosas entretenidas que contar, me voy a restringir a algunas para no dar una lata de ene páginas. Partamos con viaje a santiago.

El viaje en bus: pucha que estaba gueno el sanguchote de pan pita integral queso tomate lechuga que me hize.

La llegada: Restaurant la Pizza Nostra con Alex, Pola y Rod y como casi siempre, terminé sopeando un plato ajeno que me gustó más que el mío. La Pola me regaló el famoso Underberg (al que le puse pájaro verde), el cual olí y pobre de punta de dedo, rico (se le agradece el gesto señorita¡¡¡).

Vida familiar: mis papás me esperaban ansiosos para ver mi supuesta guata, que aún no se nota (externamente), pero igual estaban super felices de verme, fue rico sentirlos tan contentos. Me encantó el gesto de mi papá al acercarse a la guata y saludar al bebé con voz de ultra tumba, jajaja tuvo simpático. Mi mamá andaba pendiente de sacarme la foto o grabarme de 4 meses y medio de perfil. Pero hubo un problema técnico que impidió el click (bu).

Cumpleaños de Matías (sobrino de 11 años). Mati lo pasó chancho con amiguito en su pieza toooooooodo el día. Como siempre el centro de atención de todos fue la Conita (1 año 3 meses). Lo que más me gustó de sus “gracias” fue que aprendió a caminar con los ojitos cerrados, muerta de la risa y callendo en cualquier parte confiada en que habrán al menos 5 pares de manos para sujetarla (hay costumbres que con los años no pasan :P).
No fotos familiares por ahora, que Toño las suelte, seguro me titulo antes que eso.

Viaje al mar: los antojos vienen de diferentes maneras, tomates a las 10 de la noche o ansias de mar. Tenía ganas de mar, olor a mar, comer mar, sentir mar. Y partimos en buena compañía a Algarrobo. Nuestra primera parada fue con un señor carabinero y un señor parte, pero nuestra alegría y buenas vibras quedaron intactas (las malas de él, seguramente igual). Notables estuvieron: el mariscal en un restaurant al cual voy desde los…uf 5 años, más menos, la amenaza de mega siesta de Alex en la playa que se iba a dar (5 minutos de guata al sol), caminar por la playa y sentir el viento cargado de aromas, disfrutar observar a los pelícanos y su espectáculo de todos para un lado…todos para el otro (ellos sí que se mueven en masa¡) y encontrar en invierno palmeras para llevar a casa de regalo.

Curso de nucleótidos en la PUC: lo único que voy a a decir de esto es que con este cursillo me volvieron las ganas de ciencia a mi sangre y que aún queda harta Carola de delantal blanco, pero para seguir en otros aires. Me sentí feliz.

No tenía nada de nada de nada (queda claro?) de ganas de volver a Conce, pero no hay plazo que no se cumpla…y ahora entiendo porque no quería volver, me esperaba una faringitis aguda de las juertes juertes, con 3 kilos de desgano, dos pinchazos de los que duelen, muchos gastos de enfermera, exámenes, médicos, (pucha los locos que cobran caro por 15 minutos de visita en casa¡¡¡). Pero no hay mal que por bien no venga, y luego de la fiebre (yo creo que bajé 1 kilo de agua por noche) en la “tranquilidad” de cama y hogar el (o la) Pequeño (a) Saltamonte se movió como núnca y fue de lo más rico y emocionate sentirlo.

Público, hago mis sinceros agradecimientos a los enfermeros voluntarios de turno: a la Sra. Susana (que aparte del Reiki y el Biomagnetismo, me lavó la loza y me dio almuerzo, esto es provincia¡¡), a la Ale por tooooooooodas las compras de bonos y exámenes que llevó y trajo, a Yerko por la ayuda de datos y compra de medicamentos, a la incondicional Tere porque se recorrió todo conce detrás de la penicilina (pucha el antibiótico viejo pero solicitado¡), a la nana Katy y a la Rosita que fue secre personal. Y al personal médico que frente a síntomas extraídos de libro prestó atinada (ya era hora¡) ayuda: Dr. Medardo (visita a domicilio), Dr. Ricardo y Dr. Hernán (consulta telefónica). Ay¡ se me olvidaba la enfermera (Susana) pincha poto que fue super amorosa y delicadita pero que a pesar de ello espero no verla núnca más en mi vida con una aguja en la mano :).
Y finalmente, en medio de la batalla de bacterias y antibióticos, cuando mi cerebro ha dejado de odiar a mi garganta y a mi sistema inmunológico, y puede pensar tranquilamente y sentir (valga la redundancia) el sentido de toda enfermedad, quedo en relativa paz.

Y cito a la Nana Schnake en los Dialógos del cuerpo: “ayudar a que el ser humano se haga responsable de su enfermedad y entienda el mensaje que esta le trae a toda su persona”. Se los dejo de pensamiento para el próximo estornudo que tengan. :)