HERMOSA VIDA MIA

Hay veces que lo único que debe hacer uno para cambiar el curso de las cosas es sentarse a reirse del entorno y de uno mismo.
Y fue así como hoy lúnes 7 de mayo después de un día horrible y de cargas opuestas, cosa que no tenía en mucho tiempo (día que se puso así después de las 12 oclock) me siento a la mesa, con un exquisito Reserva Merlot de Miguel Torres que trajo mi buen amigo Enrique y la lasagna que sobró de la comilona de ayer, a torcerle la mano a una serie de acontecimientos internos y externos que se sucedieron durante todo el día y que “de cuya historia no quiero acordarme”. Lo singular de toda este cuento es, cómo variados hechos totalmente independientes van convirtiendo el día en una desagradable ironía de cabo a rabo y cómo ellos por sí mismos provocan que todo termina bien.
El medio día comenzó con una exquisita baja de presión mezclada a angustia (cómo manifestamos el estrés, capítulo uno) que me dejó muerta de frío y aturdidísima (dado que no acostumbrto a tales manifestos corporales). Luego, siguió divinamente desagradable, parlante y enrredoso. Entre mil cosas, el telefono sonó y sonó, como núnca (al menos 8 llamadas de mi queridísima u américas, tanta preocupación por la profe digo yo…), las ladies de enfermería de la udd andaban muy poco avispadas en el práctico y mi paciencia a las 9 de la noche tendía a menos cero, etc etc etc. Hubo un acertado mensaje de texto que recibí en la tarde: cómo está tu día hoy J ¡¡¡? (que poco apropiado que lo preguntes ahora, pensé), ante el cual no fui capaz de contestar para no decir malas palabras por celular a quien nada tiene de culpa, y sólo hasta altas horas de la noche… (o sea ahora), pude responder: “estuvo horrible¡ pera ya termina…”. Acto seguido coloqué on en el TV para ver las aventuras de viajes en el Discovery Channel (que me acompaña todas las noches mientras se supone que trabajo) y veo, en vez de lindos parajes y campiñas, puras hormiguitas grises siseantes… Nó más cable (no con acento a lo rettig¡¡¡) … finalmente lo desconectaron, malditos¡¡¡ (lo cual debía pasar hace dos meses)…
Tenía dos alternativas o seguir con el atravesamiento de tooodo el día o largarme reir. Mi actitud no fue una elección, simplemente sucedió. Creo que encontré tan tan tan el colmo y la reiteración de la mala pata hasta el tope ¡que hasta sin cable me quedara JUSTO HOY¡¡¡¡ que se me pasó toda la rabia de pura extra rabia que desbordé. Y como un acto de magia pura se me fueron las malas vibras y estoy feliz de nuevo desapestada y con nuevos aires para que llegue mañana, que será un día tan bueno como cualquier. Aún me da vuelta cómo fue el mecanismo por el cual esto pasó… ante el apestamiento: sobreapestese y se le quitará todo?. Suena bien… aunque poco aplicable, cómo te creas la cuota de apestamiento en el momento adecuado?… mmmmm no es la solución parece.
Finalmente, todo esto fue la excusa perfecta para regalonear mi estomaguito con un vinito, lasagna y un postre de lucuma que no debiera estar comiendo a estas horas de la noche, pero lo peor que puede pasar es que termine media contenta de alcohol y con un tremendo dolor de guata por chancha, y eso no supera la peor parte del día, así que no hay problema, venga pa cato postre y salud por el desapestamiento milagroso. VEAMOS QUE NOS TRAE LA VIDA MAÑANA UUUUUUUUUUUUUUY¡¡¡¡¡¡